~Capitulo 24-.
28 de agosto del 2011
Caminé por aquella calle desierta, tan solo se
oían mis zapatos dando en el suelo y las botellas en mi mochila. Miré las casas
y no la encontraba. Seguí caminando hasta que di con un bloque de pisos
destartalados y desconchados. Pasé de largo y miré la siguiente casa. 25. Me la
había pasado, volví a mirar atrás y era esa, 23. Miré los timbres y apreté el
9º. No contestaba, volví a llamar. Esta vez la voz de una señora mayor salió
por el telefonillo:
-¿Sí?
-¿Está Josué?
-Sí. Ahora le digo que venga.
Se oyó como gritaba su nombre y alguien
respondía. Se acercó al telefonillo para saber que pasaba:
-¿Qué?
-¿Bajas y nos vamos al botellón?
-Voy espérate.
Me acerqué hasta un banco, me quité la mochila
para apoyarla allí, pesaba. Me senté y esperé. Esperé y volví a esperar ¿Dónde
estaba? Me levanté y me acerqué a los telefonillos. Llamé. A los pocos segundos
contestó:
-¿Qué coño quieres pesada?
-¿Quieres bajar ya? Vamos a llegar tarde, y
baja esos humos.
-Que ya voy, ostia.
Imbécil.
Volví a quedarme esperando y enseguida bajó,
me levanté y me acerqué corriendo a darle un beso, me apartó con la mano y puso
cara de asco. ¿Pero de que iba? Uf… caminé a su lado todo el camino en silencio.
El tampoco hacía esfuerzo por entablar conversación. Cogí el móvil y puse una canción. ‘’The
way we see the world’’ de
Afrojack, Dimitri Vegas, Like Mike y Nervo. Llegamos a un caminito de tierra en medio del campo, me cogió la mano y me arrastró
casi literalmente. Me apretaba las muñecas con toda su fuerza, me dolían. Grité
que parara. Se giró, me miró con cara de asco y siguió caminando conmigo
arrastras. Al cabo de muchas quejas, paró, abrí los ojos, y allí estaban todos.
Me soltó y se fue hacia sus amigos, ellos le pasaron un cigarro y empezó a
fumar. Lo miré un rato y cabizbaja caminé hacia donde estaban las chicas,
sonreí y me trague todo. Me senté en un árbol cortado y saqué de la mochila una
botella de Vodka negro. Cogí un vaso que me dejaron y lo mezclé junto con Fanta
de limón. De un trago me lo bebí todo. Miré a las chicas y me uní a la
conversación. Una o dos horas más tarde no quedaban botellas llenas y decidimos
irnos a una fiesta que hacían. Josué se colocó a mi lado y me miró. Giré la
cabeza y dejé de sonreir. Miré al suelo y continuaba caminando. Se colocó
delante y puso sus manos en mi culo, me levantó la barbilla y me sonrió. Le
sonreí levemente:
-Lo siento nena.
-Da igual… son cosas que pueden pasar a todos cariño.
-No, yo me he pasado, pero quería venir y fumar, estado de broncas con mis
padres y lo necesitaba. Perdoname.
-Está bien…
Me volvió a sonreír y poco a poco se
acercó a mis labios, me besó, me apretó más a el y despegó sus labios de los
mios. Los acercó a mi oreja:
-Te quiero nena. Quisiera que mi primera vez fuera contigo.
¿Había oído bien? ¿Quería perderla conmigo? Que mono. Le miré a los ojos:
-Yo también.
Ambos estábamos felices. Le cogí la mano y caminamos en silencio, pero no
un silencio incomodo, al contrario. Alcanzamos a todos y llegamos a un chalet
grande. Se oía música alta, mucho. La puerta estaba abierta y entramos, toda la
gente bailaba pegada a otra, más bien, perreaban. Nos adentramos más en la
pista y empecé a bailar con Josué. Al rato me cansé y decidí ir a por algo de
beber. Me encontraba un poco mareada. Ya me había subido. Cuando llegué me
encontré a Josué bailando con una chica demasiado desesperada. Llegué y la
aparté, la miré, y le sonreí con cara de asco. Acto seguido empecé a bailarle a
Josué. Disfrutaba. Ella se fue y me cogió de la mano, subimos las escaleras,
hacia las habitaciones. Nos metimos en una enorme. Cerró la puerta y empezamos
a besarnos, poco a poco bajaba más las manos. Paré:
-¿Qué pasa?
-¿Tienes condones?
-Sí, ¿Por?
-Saberlo.
Me acerqué y continuamos besándonos. Me desabrochó los pantalones que
llevaba. Se cayeron al suelo. Ya no estaba tan segura. Paré y le miré de nuevo:
-No lo tengo claro…
-¿Qué dices? Venga no seas tonta, que sabes que te va a gustar.
-Sí, pero es mi primera vez y nosé… no tengo claro que quiera que sea
ahora.
-Joder. ¿Quieres un porro antes? Para tranquilizarte un poco.
-No fumo. Ya lo sabes.
-Pues me lo fumo yo y tú le das unos calos. ¿Vale?
-No sé fumar..
-Yo te enseño.
Se sacó del bolsillo una bolsita con un poco de Marihuana, tabaco, papel y unas boquillas. Empezó a liárselo y cuando
terminó lo encendió. Le dio dos calos y me lo pasó:
-Haber coloca el porro entre tus labios. Cierra la boca y absorbe el aire,
como si respiraras a través de el. Y intenta que te llegue a los pulmones.
Así hice. Respiré y casi me ahogo. Tosí. Sonrió. Me sentía más mareada aún.
Poco a poco. Calada a calada, entre los dos nos lo terminamos. No me encontraba
bien:
-Josué… me encuentro mal…
-No pasa nada, eso es por que es tú primera vez, cuando estemos haciéndolo ni
te acordarás.
-Pero…
No me dejó acabar de hablar. Me tumbó en la cama y se puso encima, no sabía
que hacía, en ese momento no estaba para saber donde estaba. Grité flojo para
que parará, no lo hizo. Empecé a llorar, me dolía. El seguía como si nada. Me
pegaba bofetones para que parara de gritar, de llorar, quería que gimiera. Lo
intenté. No pude. Le pegué y me tapó la boca con la mano. Un rato más tarde se
levantó de encima y se vistió. Yo seguía allí, tumbada en la cama, me dolía
todo. Me había roto el labio con un puñetazo en un vano esfuerzo porque me
callara. Antes de irse, se rió:
-Oie, que mejor dejemoslo. En la cama eres horrible. Ya nos veremos.
Cerró la puerta y yo lloraba. Me levanté como pude de la cama, me coloqué
la ropa y me dirigí al baño, me tiré agua a la cara. Bajé las escaleras
corriendo y me fui a mi casa. Todos dormían. Corrí a mi habitación, me tumbé a
llorar. Decidido. Seguía siendo virgen, no contaría esa noche como primera vez.
y esto? y Sabrina?
ResponderEliminarEs un recuerdo de Sabrina. Que viene a raiz de el lugar donde van a hacer el botellón esta noche.
Eliminarcuando vas a subir el proximo capitulo?
ResponderEliminarPues mañana o pasado :)
Eliminar