~CAPITULO 16-.
No me lo podía creer,
¿Aquella era Thais? La niña vivaracha, de ojos verdes saltones con su
alegría contagiosa no estaba, tenía la mirada perdida y andaba como si el suelo
la atrajera, no tenía expresión facial, simplemente estaba blanca, llevaba un
moño mal echo, y se arrastraba como apunto de desmallarse. Entré y le di un
abrazo no muy fuerte pero largo acompañado de un beso en la frente, que suave.
Òscar hizo lo mismo y nos invitó a entrar. No podía verla así, decidí hacerle
el caldo especial de mi abuela Cecilia, recuerdo cuando de pequeña enfermaba,
mi madre la llamaba y le daba las instrucciones de cómo prepararlo, me lo
tomaba y me encontraba mucho mejor. Òscar la llevó al sofá y la apoyó contra su
pecho, y poco después se durmió. Encendió la televisión, bajó el volumen y puso
neox, ‘’Aquí no hay quién viva’’. Pasados 45minutos, terminé y lo dejé
reposando hasta que se despertara. Me senté al otro lado de Thais y me
empezamos a hablar Òscar y yo, me caía bien. Cuando le estaba contando lo de
Penélope, despertó:
-Buenos días princesa -le
sonreí- ¿Estás mejor?
-Bueno, me sigo
encontrando fatal –casi se diría que estaba susurrando-.
-Bah, ahora la chiquilla
te da el caldo que ta’ preparao, ya verá ñp bien que te sienta – comentó
Òscar-.
-Gracias por estar aquí
cuidándome, no me lo merezco.
-¡Serás tonta! Claro que
te lo mereces, ahora no te voy a echar la bronca, pero cuando estés bien, te
las verás conmigo –le despeiné un poco más y le hice una mueca – jajaja.
-¡Que mala!
-No no no no, te la
echaremo los dos jajaja.
-Jupe… -comentó
escondiéndose entre la manta-.
-Venga, ahora te traigo
el caldo.
Me levanté y fui a la
cocina, busqué una bandeja y encontré una que era muy mona, esa una de esas
bandejas que se hacían antes en primaria, te daban un folio y en el dibujabas
lo que quisieras y cuando ya estaba perfecto, se lo entregabas a la profesora,
al cabo de unos días te traían una bandeja tamaño folio con el dibujo que
habías echo. Coloqué sobre ella la taza con el caldo, una pajita, un vaso de
agua y una aspirina. Lo cogí con las dos manos y lo llevé al salón, lo coloqué
en una mesita estilo imperial de café y ayudé a Thais a deshacerse un poco de
la manta, se acercó y cogió la taza, colocó la pajita y empezó a sorber a través
de ella. Se tomó la pastilla y la acompañé al lavabo. Salimos y volvimos al
sofá:
-Thais, ¿Cuándo vuelven
tus padres?
-Mañana o pasado ¿por?
-Me quedo esta noche
contigo, no te voy a dejar sola.
-¡Yeh!, me apunto jajaja –
comentó Òscar-.
-¿Y donde duermes?¿En el
sofá? Ahí duermo yo, tss – comenté -.
-Pues contigo mi arma.
-No me manchéis mucho el
sofá ¿eh? jajaja – comentó Thais-.
-Tonta. Jajaja.
-Tss me voy a la cama, si
necesito algo os llamo, buenas noches.
Subía despacito las
escaleras, agarrándose fuerte del mango. Cuando ya había terminado de subir,
decidí llamas a mi padre para avisarle:
-Papi, que hoy me quedo a
dormir en casa de Thais…
-Sabrina, ¿No has tenido
suficiente?
-Papi… por favor… Déjame
que está enferma y no están sus padres, me quedo más tranquila quedándome.
-Esta bien, pero mañana
limpiarás la casa, y Sara y yo nos iremos a hablar con los padres de Alicia.
-Vale… hasta mañana papi.
Colgué y dejé el teléfono
sobre la mesita, me acomodé en el sofá y miré a Òscar:
-Pobrecilla.
-¿Por? Ha hecho lo que ha
querio.
-Ya pero es estúpida,
para tomarse eso hay que estar muy mal.
-No tiene el por que, quizá
solo quería divertirse, una noche es una noche.
-Ya, pero mírala ¡DIOS!.
-Ya se le pasará mujer, no te preocupes.
-Eso espero.
-Que si, no te preocupes tanto, que solo e una pastilla, si la gente
sobrevive, ¿ella por qué no?
-… Visto así…
-Ais, oie ¿Qué tal con Pablo?
-Pues… esta mañana ha aparecido en mi casa, dándome una explicación, vale
que sea Penélope, pero es que el no hace nada para evitarla.
-Chica, todos tenemo derecho a disfrutar, ¿no crees? Aún no estais juntos,
puede hacer lo que quiera.
-…
-Tengo razón.
-Pero me quiere, eso anula lo demás.
-No.
-Sí.
-No… no lo anula, es una noche de fiesta, puede querer a quien quiera, pero
una noche es una noche, y no me cansaré de repetírtelo.
-Eso no es así.
-Yo lo hago y no pasa nada.
-¿Tienes novia?
-Sí, dos meses, ya tiene más cuernos que el padre de Bambie.
-Jajaja, pobrecita, si no la quieres dejala.
-Si que la quiero, las noches que no tengo na que hacer jajaja.
-Pff… ami me haces eso y te mato jajaja.
-Sí, con lo floja que eres jajaja – me dijo agarrándome el brazo – ¡espagueti!
-¡No soy un espagueti! Puedo contigo.
-JAJAJA, va ¿nos pegamos?
-¿Tú flipas?
-No, quiero ser vencido por ti jajaja.
-Cuando quieras, estúpido.
-Va, no te enfade boba, si te lo digo con cariño.
Le miré y le sonreí:
-Va cambiemos de tema putocín.
-Tss ¿y esta?
-Tss ¿y este?
-Jajaja.
Seguimos hablando hasta la madrugada, me caía genial aquel chaval, en ese
momento me acarició la pierna:
-Vas sin depilar jajaja.
-Perdona, voy totalmente depilada jajaja.
-Seguro, dejá jajaja.
-Jajaja va cállate que acabaremos discutiendo.
En ese momento miré la hora en la televisión, eran las 6’30 de la mañana,
me quería acostar, le dije a Òscar que estuviera atento de Thais que quería
dormir un rato. Coloqué las piernas sobre las suyas y me tumbé, cerré los ojos
y me dormí.