~Capitulo 28-.
Llegamos a un descampado grande, lleno de
artilugios de feria. Los niños corrían por allí con algones de azúcar en la
mano, otros con piruletas más grandes que ellos. Las madres se sentaban en
bancos, en aceras, o en cualquier sitio para poder controlar desde las
distancia a los hijos. Los gritos de los feriantes, las risas de la gente, la
música de las atracciones, todo. Era maravilloso estar allí, cada olor, cada
movimiento, me recordaba a las ferias en Italia, con mi abuela y mi abuelo.
Anda, pero si faltan 2 días para su cumpleaños. La llamaré. En aquel momento,
Pablo me estiró del brazo para irnos a la noria. Le seguí al lado de todos los demás.
Llegamos, compramos el ticket e hicimos cola. Cuanto tardaba en desaparecer,
parecía que todo el pueblo estuviera allí. En aquel momento, justo aquel,
empezó a sonar ‘’What makes you beautiful’’ de One direction. Me quedé
quieta, notando como cada nota se metía por mis oídos y recorría mi sangre
hasta mi corazón. Si, lo admito. Soy fan de One Direction. Aún no había salido
su primer álbum, pero faltaba poco. Me percaté y volví en mi. Caminé unos pocos
metros, ya habían subido varias parejas y nos tocaba a nosotros. Se paró y
salieron unas pocas personas. Decidimos entrar los 6, cabíamos de sobra.
Entramos, me coloqué en la ventana, justo delante de Pablo. Apoyé el brazo en
mi rodilla admirando aquella vista. Era precioso. Noté que alguien me
acariciaba la pierna, me giré y le vi. El y su preciosa sonrisa, se la devolví.
Me giré al otro lado y me metí en la conversación:
-Wow, este lugar es precioso, aunque estemos
un poco encerrados… -Dijo Laura- Tengo un poco de claustrofobia.
Dani que estaba a su lado le dio un abrazo.
Ella sonrió y se lo devolvió:
-Si tienes miedo, abrázame fuerte.
-Vale, gracias. Intentaré no ahogarte
demasiado jajaja.
-Tranquila, creo que podré respirar jajaja.
Se miraron unos segundos y apartaron la
mirada. Espera. ¿Estaban sonrojados? Dios, había chispa allí. Sonreí y miré a
Alex y Sandra. Simplemente amigos. Ojalá hubiera algo entre ellos, aunque
vivieran a 3h de distancia. Sé que ese chico es para ella. Al pensar aquello me
puse un poco celosa, no entendía nada. Seguíamos dando vueltas. Sin saber cómo,
ya debíamos bajar. Cuando ya estábamos fuera decidimos ir a por un algodón de
azúcar. Me lo pagó Pablo, pese a mi testarudez. Lo compartimos entre los 6. Nos
sentamos en unos bancos de por allí cerca:
-Alex, ¿Vienes a el canguro? –Dijo Sandra- Los
demás creo que les gusta un poco más tranquilo jajaja.
-Claro, vamos – Sonrió y caminaron hasta allí-
-Nosotros creo que también iremos a dar una
vuelta haber que hay ¿Quieres Dani? –Pregunto Laura un poco avergonzada-
-Sí, vamos y dejemos solos a estos dos jajaja –Le
cogió la mano y también se fueron-
-Bueno, nos han dejado solos, ya tardaban
jajaja
-La verdad es que si. Aunque yo tenía ganas de
quedarme un rato contigo.
Se acercó y me dio un beso con sabor a algodón
de azúcar. Ahora estábamos el doble de pegajosos que antes. Reímos. Cuando nos
terminamos el algodón, nos levantamos y cogidos de las manos fuimos a dar una
vuelta. La verdad, era todo una chapuza, pero para pasar la tarde, venía bien. Mirábamos
como se divertían los niños pequeños. Cada sonrisa suya se me clavaba en el
alma. Era como volver a la infancia:
-Tengo una idea. ¿Por qué no nos vamos un rato
por aquí cerca y luego volvemos?
-Genial, ¿Pero dónde vamos?
-Donde sea, ¿Qué más da? Mientras sea contigo
cualquier lugar es precioso.
Me sonrojé y le seguí. Empezamos a recorrer
calles sin rumbo. Todo el mundo estaba en la feria y solo se oía risas. Nuestras
risas. Llegamos a un caminito de tierra y nos adentramos en el. Los arboles
tapaban la vista a los lados. Poco a poco se divisaba una pradera a lo lejos.
Llegamos. :
-Dios mío. Es, es precioso.
Me quedé sorprendida al ver aquel lugar. No
tenía nada que ver con la pradera a la que me llevó la primera vez. Era un
acantilado, justo debajo de nosotros, una pradera, miles de árboles, el rio, y
algún pueblo disperso. Se colocó detrás de mí, colocando sus brazos rodeándome la
cintura y su barbilla en mi hombro. Giré un poco la cabeza para darle un beso
en la mejilla.
-¿Te gusta?
-Me encanta. De verdad, eres un muy buen
explorador, jajaja.
-Lo sé, lo sé. Jajaja. Lo mejor de todos los
lugares, es que puedo compartirlos contigo.
-Tienes razón. Este lugar no sería tan bonito,
tan impactante si tú no estuvieras conmigo, aquí.
-Al revés.
-No.
-Sí.
Me giré y le miré a los ojos con una leve
sonrisa:
-No.
Me dio un beso, supongo que para callarme:
-Gano yo. Sí.
-Cabezota jajaja.
-Mucho, pero sé que te encanta.
-Tienes toda la razón. Me encantas así, y no
te cambiaría nada.
Sonreí y dejó de abrazarme:
-Sabrina, mañana por la noche, se celebra una
fiesta en honor a que llega el verano. Me preguntaba si... querías venir
conmigo…
-No.
La cara le cambió al completo, se apartó de mi
y reí:
-¿Qué te hace tanta gracia, tonta?
-Que me gusta picarte. Claro que iré contigo
tontorrón.
Me acerqué y le di un abrazo:
-Te quiero.
-Te quiero más.
-No voy a discutir esto, que llegaremos tarde
jajaja.
-Es verdad, mejor vamos.
Nos cogimos de la mano y deshicimos el camino hecho
para volver a la feria.
*.* el proximo capitulo yaa! jaja es que enserio estoy enganchada a tu novela. ME ENCANTA!<3
ResponderEliminarpor favoooooooor, mas capituloss yaaa!
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