~Capitulo 21-.
-¡Mááááááááááá!
-¡Máááááááááááááá!
-¿¡Qué tal cariño?!:$$
-Bueno, te tengo que contar jajaja, ¿y tú?*-*
-Genial, ¡Cuenta cuenta! :$
-Haber… ¿te acuerdas de lo que te dije de Pablo, de que era perfecto y tal?
-Sí.
-Pues hoy he conocido la perfección en persona. Es puff… mare mia, no se
describírtelo, pero madre mía… moreno, ojos oscuros, cuerpazo, buena persona,
no sé, como los chicos con los que pensábamos casarnos cuando éramos pequeñas.
-¿¡ENSERIO?! Quiero foto foto foto :$
-Vale, ya le diré que me dedique una, pero madre mía…
-Puff, yo le he puesto los cuernos a Guillermo jajaja, estoy ‘’casi’’ con
Alberto.
-¿Con Alberto? Que dices.
-Que si tía, que el Guillermo es un celoso sin motivos, pues mira, toma
motivos.
-Bua, eres mala. Oie, ¿Te vienes y pasas esta semana aquí?
-Vale, ¿bajas mañana?
-Sí, me paso el día y saludo a todas, que ya hace tiempo… :S
-Vale, me voy a cenar cariño. TEAMO(L)
-TEAMO(L)
Se fue y cerré sesión, no me apetecía nada, escogí un libro de la
estantería de mi padre. Dickens, Oliver Twist. Me puse a leerlo, como si lo
devorara, me gustaba aquel libro, quizás porque me lo leía mi nonna cada vez
que íbamos a Roma. Este verano quería verla también. Continué leyendo y se
abrió la puerta. Papa y Sara. Marqué la pagina y me levanté a darles un beso.
Ayudé a Sara a ir a la cocina, aún no caminaba bien con las muletas. Nos
sentamos a la mesa y cenamos:
-Papa, ¿Puede quedarse esta semana Sandra en casa?
-Mmm ¿Toda la semana? No sé, ¿Dónde quieres que duerma?
-Pues en mi cama conmigo, es doble papa.
-Bueno… esta bien.
-Bajamos mañana y me quedo la tarde allí, más tarde vendremos.
-Vale.
‘’...Don’t wake me up up up up up…’’ Me sonaba el movil. Me levanté y lo miré. Pablo. Una sonrisa me atravesó la
cara. Cosquillas en la tripa, y su dulce voz en mi oído:
-Pequeña.
-Pequeño.
-¿Quieres venirte esta noche a mi casa? A ver una película o algo.
-Claro, voy en 10minutos.
-Vale. Te quiero.
-Te quiero.
Colgué. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH. Voy a casa a Pablo esta noche, uf. Subí a
mi habitación. Vestidos vestidos ¿DÓNDE ESTAN LOS VESTIDOS? Aquí, cogí uno azul
cielo, de mis favoritos. Unas sandalias plateadas y una diadema negra pequeña. Fui
al baño, me peiné con la diadema, me maquillé, me miré, me miré y me volví a
mirar. Perfecta. Bajé la escalera y me despedí de mi Padre y Sara. Salí de casa
y respire. Inspiré, espiré… Vale, ya está. Caminé sobre el caminito de baldosas
hasta su casa. Llamé al timbre y su voz de nuevo. Escalofríos. Y se abrió la
reja. Pasé a aquel jardín y en la puerta estaba el. Extendió su mano, la agarré
y me invitó a entrar en casa. Era bonita, modernista:
-Wow, es bonita.
-La verdad es que sí, pero lo mejor de esta casa, eres tú.
Se acercó a mi, me colocó las manos en la cintura, me miró al ojos, sonreímos
a la vez, le besé. No aguantaba más, le cogí de la mano, y con una sonrisa
juguetona en la cara, caminé escaleras arriba, a su habitación. Me giré y me
volvió a coger, más besos, más caricias. Caímos a la cama, colocó sus manos
debajo del vestido, estaba nerviosa, era… mi primera vez. Cuando estábamos en ropa interior, se abrió la puerta de casa:
-¿PABLO? Ya estamos en casa- gritó su madre-.
-¿PABLO? Ya estamos en casa- gritó su madre-.
-Mierda.
Se levanto, me levanté corriendo y me vestí, el hizo lo mismo:
-¿Voy bien?-Dije nerviosa-.
-Sí, joder, que justos que son.
-¿Vamos a ver la película cariño? Jajaja.
-Eres idiota –me sonrió-, vamos pequeña.
Bajamos la escalera y nos tumbamos en el sofá. Que vergüenza. Colocó su
brazo sobre mis hombros y le miré, me gustaba el.
Cuando terminó la película, decidí irme, era la 1 de la madrugada, y mi
padre se enfadaría si llegaba tarde. Nos despedimos, y volví a casa. Que noche
tan maravillosa.
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