~Capitulo 13-.

~Capitulo 13-.

Pasó un rato y seguía hablando con Thais. Levanté la mirada hacia el cielo, todo azul claro con alguna nube que poco a poco desaparecía, hacía un buen día. Mientras pensaba me acordé de los Whatsapp’s de Pablo, bajé la mirada y me centré en mi móvil. Abrí su conversación, todo diciéndome que donde estaba, porque me enfadaba y cosas así, excepto el ultimo que decía ‘’¿Me quieres?’’. Me quedé parada ¿Qué quería decir con ello? Solo es un enfado tonto, no es para dudarlo. Le contesté con un sí y un corazón, cerré la conversación y abrí la de Thais, me dijo que fuera a la esquina que estaban allí. Me levanté y caminé hasta aquella esquina, estaban Thais, Laura y Isa. Les di dos besos y un abrazo a cada una. Eran especiales, eso se notaba. Nos fuimos dirección sur, es decir hacía la estación, al llegar pasaba el tren y bajaron 2 chicos, más mayores, se notaba. Isa besó al más alto y Laura y Thais le dieron dos besos al otro:

-Yerai, ella es Sabrina, una nueva amiga – me dio dos besos y volvió a abrazar a Isa- y el es Alejandro – dos besos y una sonrisa-.

-Encantada.

-Alex, oie... que esta noche… habíamos pensado en… en… en ir a ba-bailar... ¿Quieres venirte con n-osotras? – le dijo Laura muy nerviosa y rojísima -.

-Claro preciosa, pero porque me lo dices tú ¿eh?.

-Jajaja…

Nos fuimos a un parque cercano, más pequeño y menos estético que el anterior, tenía 3 columpios, 1 tobogán, y un trocito de tierra. Nos sentamos junto a unos árboles poco cuidados, en un banco de piedra. Pasamos un rato riéndonos y demás y llegó Andrea, me abalancé sobre ella, me encantaba esa niña. Pasado el rato de saludar cogió su móvil y empezó a hablar con su mejor amigo, no prestaba atención a la conversación entre los demás:

-Bueno, haber gorditas, que esta noche ¿A qué discoteca nos vamos?

-Pues, ¿Por qué no vamos al pueblo de al lado? Allí hay mejores que aquí.

-Vale, ¿Sobre las 10 aquí? Con dinero y todo eso, eso sí, poneros tacones para que parezcáis más mayores, sobre todo tú Laura, que sé que no te gustan – dijo Thais haciéndole la burla a Laura, la cual se pujo mucho más roja de lo que estaba -.

-Calla jajaja.

-Bueno, eso, Sabrina cariño, tráete a Pablo, así no te aburrirás.

-¿Aburrirme? Ui, ni que fuera a clase.

-Jajaja, lo digo porque todas vamos con alguien.

-Okok jajaja.

Tras un rato debatiendo donde y cuando y qué teníamos que llevar para esta noche, se hicieron las 9, me fui a casa y cené rápido, una tortilla francesa y un vaso de zumo de piña. Subí a cambiarme, pero antes puse a calentarse las planchas, y le envié un mensaje a Pablo por si le apetecía. Volví a mi habitación y cogí un vestido blanco corto con unos botines color canela y miles de accesorios más. Acabé y me fui al baño a plancharme el pelo, me maquillé, apagué y guardé las planchas junto con el maquillaje, subí a mi habitación a por el móvil y 50$, Pablo me había contestado ‘’Claro que sí pequeña, pero si estás enfadada aún no voy ¿eh?(: jajaja (L)’’ que tonto que era, me encantaba. Bajé las escaleras y le comenté a mi padre que no sabía a qué hora volvería, que no se preocupara. Me despedí de ellos y me puse el billete debajo de la tapa del móvil, y el móvil en el sujetador. Salí de casa y cerré con las llaves que estabas siempre bajo el felpudo, las volví a dejar y caminé hasta la casa de Pablo, allí estaba, camisa azul y pantalones blancos, unas Vans negras y su perfecta sonrisa. Me acerqué y le abracé:

-Lo siento.

-¿Por?

-Por enfadarme por aquella tontería, cada uno hace y piensa lo que quiere, lo siento.

-No seas tonta, el que me pasé fui yo, lo siento.

-Tonto – levanté la mirada y vi que me sonreía, me acerqué a sus labios y en ese momento le llamarón al móvil – cógelo jajaja.

-Claro – lo cogió y hablaba de algo de esta noche, no me enteré demasiado, colgó y me cogió la mano – vamos pequeña.

Me acerqué a él y caminamos hacia la estación, no hacía frío, estaba a una temperatura templada, perfecta para aquella noche. Mientras caminábamos le volvieron a llamar, esta vez era Penélope, quería que fuera con ella de fiesta. Le dijo que no repetidas veces y colgó. Que pesada era esa chavala. Me sonrió y me dio un beso. A los pocos minutos llegamos y allí estaban las 7, las saludé a todas y a todos, estaban Yerai, Alejandro, Luis, Jose, Óscar, y Javier. Los saludé a todos y me di cuenta de que Thais no había traído a nadie, me acerqué a ella:

-Cariño ¿Vienes sola? – Le susurre -.

-Que va, en la discoteca ya ligaré jajaja.

-Jajaja, Joven, salvaje y libre.

-Claro, y el rollo de una noche que no falte JAJAJA.

Nos volvimos con las otras:

-Enga, ¿Por qué no nos vamos mejor con mi cochecito? – comentó Óscar -, allí si os ponéis como os dé la gana cabéis 6.

-¿Y los otros 9? – comenté -.

-Pues en mi coche y en el de Yerai. – comentó Javi -.

-Ok.

Nos fuimos en los 3 coches y llegamos 10minutos más tarde. Aparcaron y llegamos a un edificio enorme, lleno de luces y de gente en la entrada fumando. Saludamos a algunas chavalas que allí habían, la mitad ya estaban muy bebidas, y eso que eran las 10’30 de la noche. Entramos y me senté en una mesa con algunas chichas más, cuando de repente apareció Alejandro con cubatas para todos. Laura lo cogió y bebió un poco, Alejandro la cogió de las manos y la llevó a bailar, se notaba que se gustaban. Mientras yo hablaba con Pablo y las demás con sus respectivos, excepto Thais que estaba con un chaval bailando. Pasaban las horas entre risas, bebida, baile, tonterías. Pablo me cogió de la cintura y me giré hacia él, me besó, le besé. Mientras nos besábamos apareció de la nada, Penélope, como no:

-Anda, aquí está la guarra de tú novia – comentó mirándome con cara de asco -.

-Penélope, vete a otra parte a molestar – dijo él -.

-¿Molestar? Cariño, sabes que te encanta que esté aquí.

-Eso es pasado, vete.

Se le acercó más:

-Osea no te gusta que esté a tan pocos centímetros de ti.

Estaba rozándole los labios cuando de repente la empujo y calló al suelo, le miró con indiferencia y a mí con asco, se levanto:

-Que difícil que eres cariño, en fin. Y tú nena, algún día no le tendrás a él para que te defienda, aprovecha, porque lo que a mí se me quita, se paga caro.